El delantero de Colo Colo declaró su admiración por la hinchada del club más importante de Chile.
«En Colo Colo se vive una sintonía especial. No es un club normal. Leí que los hinchas de Colo Colo son los más locos y ahora que lo vivo es verdad. Se vive una pasión y una efervescencia distinta, es como que el ambiente hierve todo el tiempo», aseguró en En Cancha.
Además, el ariete reconoce que venir a «llenar» el lugar de Juan Martín Lucero era complicado: «Soy consciente que al Gato le fue bien, pero era otro técnico, otra idea de juego, otros jugadores. Ahora me parece que hay mucha más jerarquía y otra forma de jugar. Yo no dudo de mis cualidades, y la verdad es que nadie me regaló nada para llegar acá ni hubo un negocio para poner aquí en Colo Colo».
Javier Correa también contó detalles de su arribo a Chile: «Estuve todo cagado porque cuando llegué al aeropuerto, parece que había arribado una estrella de rock. Lleno de gente, periodistas y a mí nunca me había tocado vivir algo así. Me tocó ir a clubes grandes y no sé si ningunear es la palabra, pero no me dieron tanta bola porque no era de nombre».
«Contra Cobresal le dije a mis compañeros que si no hacía un gol, agarraba mis cosas y me iba a Argentina. Se reían los chicos, pero estaba loco por marcar», confesó en el citado medio.
Correa aseguró que «era un resultado necesario para nosotros porque nos ponía de vuelta a pelear el título y por eso lo viví así. En los clubes grandes, como dijo Holan una vez, no recuerdan partidos, recuerdan títulos. Si ese gol lo hubiese hecho Paiva, lo habría gritado con la misma intensidad, porque el objetivo es mayor a quién haga el gol».
Finalmente Javier Correa sentenció que: «Me digo ‘dale loco, ponte las pilas’ ahora que quedan como 3 o 4 goles para llegar a los 100 en mi carrera. No es fácil, pero es un objetivo que tengo. Salvo Messi que tiene 800 goles, para el resto que somos de la línea media, no es sencillo. Por ejemplo, a mí no me dio para jugar en Europa, es la realidad. No me dio el físico ni la cabeza, no sé qué más no me dio, pero lo reconozco».