«Llora, Carlos, llora, llora, hermano. ¡Lloren todos! Se abrazan los chilenos, queríamos tanto esta victoria, la perseguimos por tanto tiempo…«, fueron las palabras que Vladimiro Mimica le expresó a Carlos Caszely mientras Colo-Colo se coronaba campeón de América.
Nací a finales de los ’90, cuando el Cacique se coronaba monarca de América aún no estaba ni en los planes de mis viejos, si es que alguna vez lo estuve. Con mi viejo, mis tíos y la historia escrita, visual y audiovisual he podido conocer y también sentir la alegría que embargó al pueblo chileno aquella noche fría del 5 de Junio de 1991.
Soy hijo colocolino de tiempos de crisis y quiebra, de momentos duros pero donde el Cacique de todas maneras supo mostrar su grandeza para sobrellevar dichos momentos.
Las ilusiones internacionales no han sobrado, sin embargo, año tras año al adentrarnos en competencia internacional el sueño renace como ilusión infantil.
La llegada de la concesionaria y todo lo que ha venido consigo nos ha hecho perder la tradición continental, el ser un equipo al cual nadie desea enfrentar. Es hora de reconstruir todo aquello que le han robado a nuestro club.
Quiero llorar de alegría como Carlos, con reencontrar un proyecto club que esté por sobre de los egos y personalismos de algunos ‘dirigentes’, con re enorgullecernos con el semillero y la formación de valores capaces de enfrentar una final de ser necesario, como Pérez, como Herrera.
Anhelo esa victoria, anhelo buscarla, pero de verdad, con una mancomunión centrada en aquel proyecto club antes mencionado, porque para llegar a ello se necesitan muchos factores que sin duda de buscarlo, movidos por un real amor a Colo-Colo, su emblema y colores, se puede perseguir ese triunfo.
Han pasado 31 años de aquella vez que los albos hicieron llegar, de verdad, la alegría a todo el pueblo chileno, aunque algunos lo nieguen, y nadie ha podido igualar dicho logro. Y claro, para recordar dicha hazaña hay que primero lograrla. Pero más que recordar QUIERO LLORAR COMO CARLOS, LLORAR DE ALEGRÍA COMO NUESTRO ÍDOLO CARLOS CASZELY aquella hermosa noche donde la Copa se miró y se tocó.